-El insomnio es uno de los trastornos del sueño más comunes, y si se le suma una gastroenteritis, poco puedes hacer para evitar las ganas de morir. - terció June.
-Pero es que yo no tengo insomnio June, simplemente no puedo dormir, no sé por qué. - contestó él.
June no pudo evitar sonreír, le resultaba gracioso ver a su compañero de piso tapado con una manta rosa, la nariz roja como un tomate y tiritando constantemente.
-Tampoco tengo gastroenteritis - añadió Allen.
-No he dicho que la tengas.
-Deja de hablar, por el amor de dios, quiero dormir y no puedo. - se removió, destapándose los pies.
June se los tapó de nuevo.
-Deberías levantarte y salir a que te de el aire, a este paso se te van a dormir las piernas hasta el punto en que no puedas volver a moverlas. - dijo.
-Va a ir a caminar tu...
-Chst - le interrumpió June - no digas palabrotas que tenemos niños en casa - añadió cogiendo a su gata y acercándosela a la cara - ¿verdad que sí mi amorcito?
La gata se limitó a maullar tristemente.
-¿Cuándo la piensas poner un nombre? - dijo entre tosidos Allen.
-Cuando se me ocurra uno lo suficientemente bueno. Ay, es que ninguno le pega, ¿qué nombre se le puede poner a un gato siamés? Normalmente son dos y se utiliza la broma de Tino y Tina, de Julio y Julia, pero a uno solo, es muy triste solo tener uno...
-Con uno hay de sobra - cortó Allen.
-Bah - dejó al gato en el suelo, que se fue corriendo al dormitorio - solo se me ocurren cosas de esas como Copito de nieve y Bolita, si le llamó así pareceré una niña de diez años.
-Llámala Mónica, como la de friends. - asestó Allen antes de toser y levantarse a la cocina a por un vaso de agua y un ibuprofeno.
-Dios, qué buen nombre, qué buen nombre, se levantó del suelo y salió corriendo a por la gata.
Allen suspiró antes de tragarse la pastilla y el agua. Echó la cabeza hacia atrás, apoyándola en el respaldo del sofá, que no era muy alto. Estornudó, pudo escuchar como June le contaba a la gata que se iba a llamar Mónica, y casi sin quererlo, se quedó dormido con la cabeza aún apoyada y la boca abierta. Una posición completamente cómica, de película.
Ante la oscuridad que ejercían su párpados apenas tuvo que esperar unos segundos para ver un gran campo de amapolas. Se vio a él corriendo a través del campo, intentando cruzarlo, con el miedo a quedarse dormido, pero no lo logró. Cayó al suelo y comenzó a roncar. De repente apareció la muerte, con su capa y su guadaña, y con una cerilla, que encendió entre risas oscuras y malévolas, para lanzarlo a las amapolas. Podía sentir el calor del fuego cuando se despertó, angustiado, temiendo por su vida. Al verse acorralado echó a correr hacia el fuego, creyendo que si lo cruzaba a toda velocidad no se quemaría...
-¡Allen!¡Levanta! - le gritaba June, agarrándole de un brazo - ¡Allen!
Abrió un poco los ojos, vio el suelo muy de cerca, manchado con sangre, a June con cara de miedo intentándole levantar. Le dolía la frente una barbaridad, y la notaba muy caliente, no por la fiebre, era otro tipo de calor. Levantó la mirada como pudo, sentía como estaba perdiendo el conocimiento.Puto ver el borde de la mesa manchado con sangre también. No dudó de que sería suya. June se separó de su lado y rompió a llorar al teléfono, seguramente estaría llamando a una ambulancia.
Perdió el conocimiento antes de que June volviera llorando a su lado. Pudo escuchar su voz, y los maullidos tristes de la gata, antes de escuchar un pitido continuo, roto a veces por un sonido parecido a una radio sintonizándose. En ese momento, fugazmente, se planteó si se estaba muriendo, y en ese momento, no le importó lo más mínimo, tenía mucho sueño, se imaginaba una cama, y sin quererlo, se durmió.
