10 nov 2010

De cómo volar sin despegar los pies del suelo.

Normalmente no suelo escribir parrafadas, no me gusta, me parece que resulto pesado. Pero últimamente me obligo a hacerlo, tengo que escribir mucho, practicar, llegar a cuarenta líneas, o más.
Pero para hacerlo tiro mucho de puntos aparte, y no me gusta. Pero rellenan espacio, eso sí. Pensar en escribir algo es muy fácil, pero luego plasmarlo y que te de para unos párrafos frondosos, hay diferencia. Eso creo yo. En el momento en que vas a revisar lo que has escrito, convencido de qué llevas un considerable número de líneas, y descubres que es muy poco, te desanimas. Pero si has escrito bastante, y parece bastante, puedes colocarte en la silla lleno de ganas la próxima vez.
Y la mayoría de proyectos (yo llamo así a las cosas que escribo y quiero continuar hasta terminarlas) se quedan ancladas en unos días, en unas pocas páginas. Un asco, vamos.
El aparatejo que uso para escribir posee una pantalla de diez pulgadas, lo que hace que las cosas se vean más pequeñas, de modo que suelo pensar que escribo poco a menudo. Luego, me cambio a un ordenador más grande, y pienso que escribo demasiado. Me hago un lío, pero ya lo dice el dicho (esta frase siempre me ha parecido muy redundante, "dice" y "dicho"), "lo bueno, si es breve, dos veces bueno".
Si tuviera la calidad suficiente como para escribir cuentos, cada día terminaría uno, a lo Rudyard Kipling y sus cuentos de "así-fue-como". Y en definitiva aún no sé si fiarme de mi calidad al escribir, porque no la encuentro por ningún lado. Mientras escribo, me creo la persona más guay del universo. Después de algunos días reviso lo que escribo y me aburro a mí mismo.
Y seguramente cuando lea esto dentro de unos días, pensaré que me lo creo demasiado al escribir, y que soy un pedorro.
Lo soy.
Y cambiando de tema, no sé por qué llevo unos días escuchando sólo música en español, ni idea.
Y volviendo al tema. Espero no resultar un pedorro escribiendo.
Ah bueno, y he descubierto que los comentarios de texto no se me dan tan bien como creía, menuda mierda.